¿Será que un hotel de lujo puede catapultar a James y el Minecraft Héroe Hotelero hacia la fama y la fortuna, o solo logrará irritar aún más a sus ya exasperados vecinos?

Todos merecemos un pequeño capricho de vez en cuando. Ya sea sumergirse en un baño caliente, regalarse un día de spa, o devorar una lata entera de leche condensada con cuchara, el deseo de indulgencia es universal.

Inspirado por esa innegable verdad, he concebido una nueva y brillante empresa comercial: abriré un hotel suntuoso que explote la profunda necesidad humana de comodidad y placer.

No obstante, antes de que pueda colocarse un solo ladrillo, debo trazar los planos. Dado que mi reputación con los aldeanos está, digamos, colgando de un hilo (aparentemente, apropiarse de todas sus vacas fue tanto egoísta como ilegal), la construcción deberá integrarse armoniosamente con el estilo arquitectónico existente. Será grandioso, por supuesto, pero también deberá rendir homenaje al diseño… más rústico de las viviendas del poblado.

A screenshot of two villagers standing on the roof of a house.

La modesta casa de aldeano que servirá de musa. También aparece: dos aldeanos contemplando una chimenea con inexplicable devoción.

Un examen meticuloso revela que estas viviendas —algunos las llamarían chozas, pero yo me abstengo por cortesía— están edificadas con adoquines y troncos de abeto. Al igual que las obras de visionarios del brutalismo como Le Corbusier o Marcel Breuer, estos materiales han sido dejados en su estado más crudo, sin recubrimientos relucientes ni acabados llamativos.

Pueden observarse, por ejemplo, manchas de musgo aferradas a los muros de piedra. Un alma amante de la pulcritud quizás intentaría limpiarlas, pero no así los aldeanos. Ellos aman el liquen. Y detestan a los emprendedores bienintencionados que solo desean su respeto y su afecto. Está bien. Todo está perfectamente bien.

¿Cómo lograré entonces transformar estos componentes tan humildes en un hotel de lujo? Muy sencillo: tomaré el diseño de la casa aldeana y lo multiplicaré en escala. Por desgracia, eso implicará arrasar con otro tramo de bosque primario, pero estoy convencido de que los aldeanos me lo agradecerán cuando puedan pedir masajes y langosta desde un menú de servicio a la habitación razonablemente asequible.

Con los árboles –esos irritantes productores de oxígeno– fuera del camino, la obra puede arrancar con ímpetu. Empiezo por levantar muros de adoquín y replicar ese techo a dos aguas tan característico, asegurándome de que cada extremo de tablón deje al descubierto la madera cruda del abeto. Si bien la casa original ostenta una diminuta ventana de un solo bloque, yo esculpo una abertura de 25 bloques cuadrados. Porque nada grita “lujo” como un cristal gigantesco, carísimo y extremadamente frágil. El toque final: enormes contraventanas con trampillas, emulando el estilo aldeano.

A large house overlooking a forest.

Minecraft Héroe Hotelero Tal como lo imaginé, el hotel se funde con el entorno de manera impecable.

También bloquea toda fuente de luz natural para varias viviendas cercanas.

No puedo perder tiempo esperando premios de arquitectura. Es momento de diseñar las habitaciones. Porque un hotel es tan bueno como sus dormitorios, y si pienso cobrar tarifas elevadas, necesito interiores capaces de deslumbrar hasta al huésped más exigente.

Cada habitación será temática, pensada para atraer a distintos tipos de aldeanos. Mi cuaderno de bocetos pronto rebosa de conceptos: un rincón lanudo para el pastor, un santuario repleto de libros para el bibliotecario, y una estancia terrorífica compuesta enteramente de carne para el carnicero. Puede que estas ideas sean algo peculiares, pero guardo un as bajo la manga: una propuesta capaz de fascinar a cualquier aldeano, sin excepción.

La llamo: la habitación de musgo.

La creación predilecta del público comienza a tomar forma. Los huéspedes ingresan por majestuosas puertas dobles de abeto y pisan una alfombra hecha de musgo puro. La ventana de piso a techo debería ofrecer una vista deslumbrante del poblado, de no ser porque la he sustituido por bloques de slime (si te gusta el musgo, también amarás la baba). Incluso reemplazo parte del techo con más slime, buscando teñir el ambiente de un inquietante verde enfermizo.

Una vez cansados de acariciar la textura bultosa del mobiliario, los visitantes pueden recostarse en una cama de un verde pútrido. Al amanecer, estarán listos para otro día colmado de interacción con plantas viscosas y peludas.

A screenshot of a large room with green furniture.

Mi mesa de musgo está compuesta por cuatro segmentos de muro de adoquín musgoso, unidos con cuerdas casi invisibles.

El tablero se conforma con alfombras de musgo.

El resultado: estilizado y repulsivo a partes iguales. Minecraft Héroe Hotelero

Con el tiempo, sin embargo, me convierto en víctima de mi propio ingenio. La habitación se vuelve tan verde, resbalosa y extraña que ni yo mismo me atrevo a entrar. Intento enviar a un aldeano para que finalice el diseño, pero una vez adentro, jamás vuelve a salir. Presumo que ha quedado tan hechizado por mi obra que ha decidido quedarse a vivir allí.

Como no tengo forma de cobrarle, me veo obligado a clasificar este proyecto como otro fracaso notable. Aunque, en el lado positivo, he aprendido varias lecciones. La primera: el lujo significa algo distinto para cada quien. La segunda: comer múltiples latas de leche condensada puede tener consecuencias desastrosas. Y la más importante: todas mis ideas son brillantes y no necesito reconsiderar absolutamente nada.

¡Hasta la próxima!

Leave a comment